Cómo cuesta a veces ponerse a hacer lo que sabes que tienes que hacer. Algo que no me gusta…los plazos de entrega. Y cuanto más lo intento, más escusas me invento. Que si tengo que recoger la habitación (sí, en estos casos es mejor opción), que voy a mirar una cosa en internet porque es de vital importancia (tengo que enterarme de la última estridencia de la Gaga)…Total, que al final te encuentras con que una de esas muchas veces que te plantas delante del papel, se planta delante de ti el reloj con su tic-tac como riéndose de ti porque no lo vas a poder entregar a tiempo. Y entonces te enfadas con el tiempo y con el reloj y con el ordenador, y te pones a escribir a toda prisa para demostrarles a todos que tú puedes hacerlo TODO y además, en una tarde. Normalmente funciona, vamos a ver si hoy es así.
PD.: Tiempo, blog, os odio.
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